CATEGORIAS DRAMATICALES

...EL SUSTANTIVO...
Según su clasificación el sustantivo puede ser: Propio o Común.



El sustantivo propio nombra a personas, animales o cosas específicas. Se escribe siempre con mayúscula en su primera letra. Pueden ser nombres de personas, ríos, países, ciudades, de animales, de títulos, de establecimientos, etc.



Ejemplos:



Raúl, Pérez, Loa, Chile, Ahumada, Biblioteca Nacional, “Minino”, Antofagasta, Presidente, Papa, etc.´



...EL ADJETIVO...
El adjetivo es una palabra que, formando parte de la oración, siempre acompaña al sustantivo. Su función principal en la oración es ampliar o precisar el significado del sustantivo; es decir, complementarlo cuando se precise.



El adjetivo se clasifica en:



Calificativo
Demostrativo o Mostrativo
Posesivo
Numeral Cardinal
Ordinal
Múltiplo
Partitivo
Indefinido









Adjetivo calificativo: determina al sustantivo e indica una cualidad de él; es decir, dice cómo es el sustantivo.



Ejemplos: bueno, largo, azul, bonito, maleable, peligroso, útil, terrorífico, sutil, etc.



Adjetivo demostrativo: determina al sustantivo indicando lejanía o proximidad en relación a las personas que hablan; o sea, indica ubicación espacial.



Ejemplos: este, ese, aquel, aquella, estas, esas, aquellas, etc.



Adjetivo posesivo: indica posesión o pertenencia.



Ejemplo: mi, tu, tuya, suya, su, sus, nuestro, vuestro, tuyos, suyas, suyos, vuestros, etc.



Adjetivos numerales: indican un número determinado.



Los numerales pueden ser:



Adjetivo numeral cardinal: indica un número fijo.



Ejemplo: uno, tres, mil, quinientos, etc.



Pelearon tres mil soldados



Su valor era de quinientos pesos.



Adjetivo numeral ordinal: indica orden.



Ejemplo: primero, segundo, quinto, vigésimo, etc.



En la carrera, Pedro llegó tercero.



Ocupé el segundo lugar en el torneo.



Adjetivo numeral múltiplo: agrega al sustantivo la idea de veces.



Ejemplo: doble, triple, quíntuples, etc.



La casa era el doble más grande que otras.



Fue un parto triple.



Adjetivo numeral partitivo: agrega al sustantivo la idea de parte de una unidad.



Ejemplo: mitad, media, vigésima, décima, etc.



Ocupó apenas la décima parte de la sala.



Se comieron la mitad de la torta.



Adjetivo indefinido: no indica una cantidad fija, son palabras vagas.



...EL ARTICULO...
En la tradición gramatical occidental el artículo ha sido una categoría fluctuante entre su diferenciación y su reconocimiento como clase gramatical independiente o su inclusión en la clase de los nombres.



En los sistemas griegos (Aristóteles y Dionisio de Tracia) el artículo es una clase independiente. En los sistema latinos, como consecuencia de la ausencia de este tipo de palabras en la lengua latina no se menciona esta clase. Algunos gramáticos medievales (Thomas de Erfurt, por ejemplo) mantienen esta postura en sus tratados gramaticales.



El reconocimiento del artículo como clase gramatical se recupera en la Gramática de Port-Royal en la que éste junto con el nombre, pronombre, participio, preposición y adverbio conforman los "objetos del pensamiento" mientras que el verbo, conjunción, interjección conforman la clase de las "formas del pensamiento".



Entre las gramáticas que precedieron a Port-Royal en la tradición española, la de González Valdés incluye el artículo junto al adjetivo en la clase del nombre.



Finalmente, Bello, reconociendo en el artículo su carácter adjetival lo adscribe a la clase adjetivo.



En la mayor parte de las gramáticas contemporáneas (y en nuestro sistema de codificación) el artículo constituye una clase gramatical independiente caracterizada por una capacidad determinadora y una función que lo hace muy semejante al demostrativo1, del que, dicho sea de paso, deriva en la mayor parte de las lenguas.



Codificación



DEFINIDAD: GÉNERO NÚMERO
DEFINIDO
INDEFINIDO



Definidad. El artículo posee en español dos variantes: definido e indefinido. La forma definida, siguiendo la definición de Moreno Cabrera de "definidad" es aquella que utilizamos para referirnos a entidades identificables en el contexto de uso, la forma indefinida se utilizará para entidades no identificables en el contexto de uso.



La definidad se codificará en nuestro sistema como una rasgo de la categoría "artículo" con valores numéricos 4 y 5 (con los significados de más y menos, respectivamente).



Género. Por lo que respecta a la asignación de la categoría género en la clase artículo el único caso problemático es el que presenta el artículo "el" en aquellos casos en los que éste aparece inmediatamente precedidos por sustantivos que empiezan por "a" o "ha" acentuada "el águila" o "el habla", con la excepción de los nombres propios y las letras del alfabeto.



Creemos que una regla de concordancia que tenga en cuenta la excepcionalidad que supone este caso para la concordancia es una solución mucho más práctica que considerar una doble posibilidad de codificación para "el" que de cuenta de estas dos variantes masculina y femenina.



Asignación de membretes dobles



Artículo/Pronombre Personal



Nos referimos con ésta únicamente a la que se produce entre las formas de los artículos definidos ("lo/los", "la/las") y sus homógrafos pronombres personales de tercera persona, caso acusativo, género masculino, femenino o neutro en sus variantes del singular y del plural: "lo"/"los", "la"/"las".



El contexto o la distribución de estas categorías está claramente diferenciado. El pronombre personal aparece inmediatamente antes o después del verbo en este último caso solamente en posición enclítica.



En cuanto al artículo, la forma masculina y femenina preceden al sustantivo o adjetivo sustantivado.



La forma neutra presenta unos contextos o distribuciones mucho más peculiares. Junto al contexto común con las formas masculina y femenina como determinante del sustantivo o adjetivo sustantivado que lo diferencia de los demostrativos neutros, el artículo y el demostrativo neutro se igualan en su capacidad para preceder a cláusulas de relativo y de frases preposicionales, especialmente con la preposición de: "lo de ayer", "esto de ahora", "aquello que me contaste",...






...EL PRONOMBRE...
Pronombres son las palabras que señalan o representan a personas u objetos, o remiten a hechos ya conocidos por el hablante y el oyente. Podríamos decir que son palabras que sustituyen a los nombres.



CLASES DE PRONOMBRES Personales Numerales
Demostrativos Interrogativos
Posesivos Exclamativos
Indefinidos Relativos






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Pronombres personales



Yo leo un libro. Tú lees un libro. Ella lee un libro.
Nosotros saltamos. Vosotras saltáis. Ellos saltan.



Las palabras destacadas en la tabla anterior se refieren a personas que realizan una acción cuyos nombres no se mencionan. Son pronombres personales. Pueden ser de tres clases:



Persona Remiten, señalan o se refieren a... Ejemplos
Primera La persona que habla o escribe. yo, nosotros, nosotras
Segunda La persona con quien se habla (la que escucha) o a la que se escribe. tú, vosotros, vosotras
Tercera La persona o cosa de quien se habla o escribe. él, ella, ellos, ellas



Además de los pronombres personales citados en los ejemplos de la tabla anterior, a los que llamamos pronombres personales sujeto, hay otras formas que se refieren a personas u objetos que reciben una acción o participan de ella. Son los pronombres personales de objeto.



He comprado un libro. Lo he comprado. (El libro)
He leído una revista. La he leído. (La revista)
Regalé un pastel a mi hermano. Le regalé un pastel. (A mi hermano)
Compré una revista a mis padres. Les compré un revista. (A mis padres)



Hay veces en las que utilizamos de forma incorrecta los pronombres la, la, los, las, le, les de forma incorrecta. Estas incorrecciones se llaman leísmo, laísmo y loísmo.



Se produce leísmo si utilizamos le o les cuando deberíamos utilizar lo, la, los o las.
Coge el libro.
Cógelo. Cógele.
Correcto Incorrecto



El leísmo está permitido cuando se refiere a personas.



Vi a Manolo ayer.
Lo vi ayer. Le vi ayer.
Correcto Admisible



Se produce laísmo cuando usamos la o las en lugar de le o les. Es muy frecuente en algunas zonas.
Dio el libro a Ana.
Le dio el libro La dio el libro.
Correcto Incorrecto



Se produce loísmo cuando usamos lo y los en lugar de le y les. Casi nadie es loísta.
Dio el libro a Luis.
Le dio el libro Lo dio el libro.
Correcto Incorrecto






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PRONOMBRES PERSONALES Sujeto
Objeto



Sin preposición
Con preposición



1ª persona
yo
me, conmigo

S
i
n
g
u
l
a
r






2ª persona

te, contigo
ti, usted



3ª persona
él, ella, ello
se, consigo, le, lo, la




1ª persona
nosotros, nosotras
nos
nosotros, nosotras
P
l
u
r
a
l






2ª persona
vosotros, vosotras
os
vosotros, vosotras



3ª persona
ellos, ellas
se, los, las, les
ellos, ellas









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Pronombres demostrativos



Los pronombres demostrativos remiten a nombres indicando proximidad o lejanía respecto a las personas que hablan y escuchan.



Éste estudia mucho. Ése canta muy bien. Aquél es nuevo.






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PRONOMBRES DEMOSTRATIVOS SINGULAR PLURAL
Masculino Femenino Neutro Masculino Femenino
éste ésta esto éstos éstas Cercanía
ése ésa eso ésos ésas Distancia media
aquél aquélla aquello aquéllos aquéllas Lejanía






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Pronombres posesivos



Los pronombres posesivos señalan a un nombre y además indican si el objeto pertenece a una o varias personas que se llaman poseedores.



Tu reloj se parece al mío. La nuestra es más cariñosa.






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PRONOMBRES POSESIVOS Un solo poseedor Varios poseedores
1ª persona 2ª persona 3ª persona 1ª persona 2ª persona 3ª persona
mío tuyo suyo nuestro vuestro suyo Singular Masculino
míos tuyos suyos nuestros vuestros suyos Plural
mía tuya suya nuestra vuestra suya Singular Femenino
mías tuyas suyas nuestras vuestras suyas Plural






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Pronombres indefinidos



Son pronombres indefinidos los que señalan a personas o cosas de forma imprecisa, pues son difíciles de limitar o precisar con exactitud.



Varios sabían algo. Muchos no sabían nada.






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PRONOMBRES INDEFINIDOS Singular Plural
Masculino Femenino Neutro Masculino Femenino
un, uno una uno unos unas
algún, alguno alguna algo algunos algunas
ningún, ninguno ninguna nada ningunos ningunas
poco poca poco pocos pocas
escaso escasa escaso escasos escasas
mucho mucha mucho muchos muchas
demasiado demasiada demasiado demasiados demasiadas
todo toda todo todos todas
varios varias
otro otra otro otros otras
mismo misma mismo mismos mismas
tan, tanto tanta tanto tantos tantas
alguien
nadie
cualquier, cualquiera cualesquiera
quienquiera quienesquiera
tal tales
demás demás
bastante bastantes






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Pronombres numerales



Son los que informan con exactitud de cantidades y órdenes de colocación referidos a nombres, pero sin mencionarlos.



Tengo doce. He llegado el duodécimo. Te ha servido el triple de lo normal.






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CLASES DE PRONOMBRES NUMERALES Cardinales Informan de una cantidad exacta. Quiero cuatro.
Ordinales Informan del orden de colocación. Quiero el cuarto.
Fraccionarios Informan de particiones de la unidad. Quiero la mitad.
Multiplicativos Informan de múltiplos. Quiero el doble.






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ALGUNOS PRONOMBRES NUMERALES Cardinales Ordinales Fraccionarios Multiplicativos
cero
uno primero
dos segundo mitad doble, duplo, dúplice
tres tercero tercio triple, triplo, tríplice
cuatro cuarto cuarto cuádruple, cuádruplo
cinco quinto quinto quíntuplo
seis sexto, seiseno sexto, seisavo séxtuplo
siete sé(p)timo, se(p)teno sé(p)timo, se(p)teno séptuplo
ocho octavo octavo óctuple, óctuplo
nueve no(ve)no noveno, nónuplo
diez décimo, deceno décimo décuplo
once undécimo, onceno onceavo, onzavo undécuplo
doce duodécimo, doceno doceavo, dozavo duodécuplo
trece decimotercero treceavo, trezavo terciodécuplo
catorce decimocuarto catorceavo, catorzavo
quince decimoquinto quinceavo, quinzavo
dieciséis decimosexto dieciseisavo
diecisiete decimosé(p)timo diecisieteavo
dieciocho decimoctavo dieciochoavo, dieciochavo
diecinueve decimono(ve)no diecinueveavo
veinte vigésimo, veintésimo veinteavo, veinteno
veintiuno vigésimo primero veintiunavo
veintidós vigésimo segundo veintidosavo
veintitrés vigésimo tercero
veinticuatro vigésimo cuarto
veinticinco vigésimo quinto
veintiséis vigésimo sexto
veintisiete vigésimo sé(p)timo
veintiocho vigésimo octavo
veintinueve vigésimo no(ve)no
treinta trigésimo, treinteno treintavo
treinta y uno trigésimo primero
treinta y dos trigésimo segundo treintaidosavo
cuarenta cuadragésimo cuarentavo
cuarenta y uno cuadragésimo primero
cincuenta quincuagésimo cincuentavo
sesenta sexagésimo sesentavo
setenta septuagésimo setentavo
ochenta octogésimo, ochenteno ochentavo
noventa nonagésimo noventavo
cien centésimo, centeno céntimo, centavo céntuplo






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Pronombres relativos



Los pronombres relativos se refieren a un nombre ya citado en la oración, llamado antecedente, sin necesidad de repetirlo.



Ayer recibí la carta. Me enviaste una carta.
Ayer recibí la carta que me enviaste.






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PRONOMBRES RELATIVOS que, el cual, la cual, lo cual, los cuales, las cuales, quien, quienes, cuyo, cuya, cuyos, cuyas, donde.






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Pronombres interrogativos y exclamativos



Los pronombres interrogativos expresan preguntas a la vez que señalan nombres.



¿Qué te vas a poner? ¿Cuántos has leído? ¿Por qué vienes?



Los pronombres exclamativos expresan exclamaciones a la vez que hacen referencia a nombres.



¡Qué de goles! ¡Cuánto ganas!



...EL VERBO...
El verbo es una palabra, con estructura bimembre, que indica acción (comer, jugar, correr, saltar, pensar, dibujar), estado de ánimo (reír, llorar, parecer, suspirar, soñar) o acontecimientos de la naturaleza (nevar, llover, temblar)



Ejemplos de:



a) Acción Ella come muy rápido
Pedro juega con la pelota
El perro corrió hasta que alcanzó a su amo






b) Estado de ánimo Mi mamá ríe nerviosamente
Él llora sin parar
Mi hermana parece triste






c) Fenómeno natural Hoy nevará toda la tarde
Anoche llovió fuertísimo
Temblará pronto









En la oración, el verbo funciona como el núcleo del predicado. En la terminación verbal podemos identificar el tiempo en que se realiza la acción, el modo en que se realiza, la persona que realiza y el número.



Las palabras que complementan el sentido de los verbos se llaman complementos. Estos pueden ser: complemento directo, complemento indirecto y complemento circunstancial. El complemento en general es todo conjunto de palabras que completa el significado de un sustantivo o de un verbo, limitándolos convenientemente.



El complemento directo denota el objeto en que directamente recae la acción del verbo. El complemento indirecto denota el objeto en que recae indirectamente la acción del verbo e indica la persona o cosa que recibe el daño o provecho. El complemento circunstancial expresa las circunstancias en que recae la acción del verbo y puede ser de modo, lugar, tiempo, etc.



Los verbos pueden ser transitivos e intransitivos. Son transitivos cuando la acción del verbo recae sobre otra cosa. Con los intransitivos sucede lo contrario, recayendo la acción directamente.



Los verbos pueden tener variaciones que son denominadas accidentes del verbo. Esas variaciones pueden ser de diferentes maneras. Pueden variar en número y persona; o sea, un verbo puede estar en primera segunda o en tercera persona. Pero estos también pueden estar en singular o en plural.



También pueden variar en tiempo y en concordancia. Por el tiempo el verbo puede estar en presente, pasado y futuro. Y atendiendo al modo puede variar en tres formas diferentes: modo indicativo, modo subjuntivo, modo imperativo, a las que se agrega el infinitivo (en algunos casos también llamado modo infinitivo, aunque no lo es propiamente).



El modo indicativo enuncia un hecho cierto, positivo o negativo. El modo subjuntivo expresa duda, deseo o condición. El modo imperativo expresa mandato; o sea, una orden que debe cumplir una segunda persona.



También los verbos pueden variar de una forma diferente que no está definida ni por el tiempo, ni por el número, ni por el modo, ni por la persona. Son las formas infinitivas del verbo.



Estas formas pueden ser infinivo, gerundio y participio. En un verbo estará en infinitivo cuando termina en ar, er o ir. Estará en gerundio cuando termina en ando o iendo, y estará en participio cuando termina en ado, ido, so, to y cho.



Conjugación de los verbos



En castellano, entonces, tenemos que todos los verbos en infinitivo (sin conjugar) terminan en “Ar”, “Er” o “Ir”. De acuerdo a esto se clasifican en diferentes conjugaciones.



Existen tres conjugaciones para los verbos:



1ª Conjugación: verbos terminados en AR (saltar, caminar, amar, arrastrar, etc.)



2ª Conjugación: verbos terminados en ER (correr, comer, temer, suceder, querer, etc.)



3ª Conjugación: verbos terminados en IR (vivir, morir, sacudir ir, existir, etc.)



Existen 3 Modos: Modo Indicativo, Modo Subjuntivo, Modo Imperativo, Más las formas Infinitivas.



Modo Indicativo: expresa la realidad tal como es. Se conjuga en diferentes Tiempos: Presente, Pretérito, Futuro y Condicional (tiempos simples); Pretérito Perfecto Compuesto, Pretérito Pluscuamperfecto, Pretérito Anterior, Futuro Perfecto, Condicional Perfecto (tiempos compuestos).



Presente Yo amo, tú amas, él ama, etc.
Yo como, tú comes, él come, etc.
Yo vivo, tú vives, él vive. etc.



Pretérito Imperfecto Yo amaba, tú amabas, él amaba, etc.
Yo comía, tú comías. él comía, etc.
Yo vivía, tú vivías, él vivía, etc.



Pretérito Perfecto Simple Yo amé, tú amaste, él amó, etc.
Yo comí, tú comiste, él comió, etc.
Yo viví, tú viviste, él vivió, etc.



Futuro Yo amaré, tú amarás, él amará, etc
Yo comeré, tú comerás, él comerá, etc.
Yo viviré, tú vivirás, él vivirá, etc.



Condicional Yo amaría, tú amarías, él amaría, etc.
Yo comería, tú comerías, él comería, etc.
Yo viviría, tú vivirías, él viviría, etc.



Pretérito Perfecto Compuesto Yo he amado, tú has amado, él ha amado, etc.
Yo he comido, tú has comido, él ha comido, etc.
Yo he vivido, tú has vivido, él ha vivido, etc.



Pretérito Pluscuamperfecto Yo había amado, tú habías amado, él había amado, etc.
Yo había comido, tú habías comido, él había comido, etc.
Yo había vivido, tú habías vivido, él había vvido, etc.



Pretérito Anterior Yo hube amado, tú hubiste amado, él hubo amado, etc
Yo hube comido, tú hubiste comido, él hubo comido, etc.
Yo hube vivido, tú hubiste vivido, él hubo vivido, etc.



Futuro Perfecto Yo habré amado, tú habrás amado, él habrá amado, etc.
Yo habré comido, tú habrás comido, él habrá coido, etc.
Yo habré vivido, tú habrás vivido, él habrá vivido, etc.



Condicional Perfecto Yo habría amado, tú habrías amado, él habría amado, etc.
Yo habría comiod, tú habrías comido, él habría comido, etc.
Yo habría vivido, tú habrías vivido, él habría vivido, etc.






Modo Subjuntivo: expresa acciones que se consideran posibles, deseables o dudosas. No hace referencia exacta al tiempo real. Se conjuga en los siguientes Tiempos: Presente, Pretérito Imperfecto, Futuro (tiempos simples), Pretérito Perfecto, Pretérito Pluscuamperfecto, Futuro Perfecto (tiempos compuestos).



Presente (que) Yo ame, tú ames, él ame, nosotros amemos, etc.
(que) Yo coma, tú comas, él coma, nosotros comamos, etc.
(que) Yo viva, tú vivas, él viva, etc.



Pretérito Imperfecto (que) Yo amara o amase, tú amaras o amases, él amara o amase, etc.
(que) Yo comiera o comiese, tú comieras o comieses, él comiera o comiese, etc.
(que) Yo viviera o viviese, tú vivieras o vivieses, él viviera o viviese, etc.



Futuro (que) Yo amare, tú amares, él amare, nosotros amáremos, etc.
(que) Yo comiere, tú comieres, él comiere, etc.
(que) Yo viviere, tú vivieres, él viviere, etc.



Pretérito Perfecto (que) Yo haya amado, tú hayas amado, él haya amado, etc.
(que) Yo haya comido, tú hayas comido, él haya comido, etc
(que) Yo haya vivido, tú hayas vivido, él haya vivido, etc.



Pretérito Pluscuamperfecto (que) Yo hubiera amado, tú hubieras amado, él hubiera amado, etc.
(que) Yo hubiera comido, tú hubieras comido, él hubiera comido, etc.
(que) Yo hubiera vivido, tú hubieras vivido, él hubiera vivido, etc.



Futuro Perfecto (que) Yo hubiere abandonado, tú hubieres abandonado, etc.
(que) Yo hubiere comido, tú hubieres comido, etc.
(que) Yo hubiere vivido, tú hubieres vivido, etc.









Modo Imperativo: expresa una orden, un mandato o un ruego. Se conguja sólo en Tiempo Presente



Presente Ama tú, ame él, amad vosotros, etc.
Come tú, coma él, comed vosotros, etc.
Vive tú, viva él, etc.









Infinitivo: corresponde a las formas no personales del verbo. Son: Infinitivo, Gerundio, Participio.



Infinitivo Amar, cantar, bailar, saltar, etc.
Comer, correr, temer, etc.
Vivir, sentir, gemir, etc.



Gerundio Amando, cantando, bailando, saltando, etc.
Comiendo, corriendo, temiendo, etc.
Viviendo, sintiendo, gimiendo, etc.



Participio Amado, cantado, bailado, etc.
Comido, corrido, temido, etc.
Vivido, sentido, gemido, etc.



Además, atendiendo a su conjugación, los verbos pueden clasificarse en:



Auxiliares haber, ser, estar
Regulares son aquellos que mantienen su raíz
Pasivos
Irregulares de irregularidad propia y de irregularidad común
Defectivos



...EL ADVERBIO...
Según la gramática tradicional, el adverbio es un modificador del verbo, de un adjetivo o de otro adverbio.



Definición: Los adverbios sirven para indicar circunstancias del verbo: Luis vive lejos.



Para identificar al adverbio, debemos insistir en que “El adverbio añade siempre a una palabra, generalmente al verbo, circunstancias de lugar, tiempo, cantidad, modo, intensidad en el enunciado, etc., aunque también puede afectar a un sustantivo e incluso a una frase entera”.



Conforme a esto, los adverbios se dividen por su significación en varias clases:



Adverbios de lugar: cerca, lejos, enfrente, detrás, arriba, encima, debajo, fuera, etc. Y demostrativos de lugar como: aquí, ahí, allí, acá, allá, acullá.



Adverbios de tiempo: antes, después, luego, despacio, aprisa, aun, todavía, siempre, nunca, jamás, etc. Ahora, hoy, mañana, ayer y entonces (en aquel tiempo)



Adverbios de modo: bien, mal, apenas, recio, buenamente, fácilmente, justamente.



Adverbios de cantidad: mucho, poco, harto, bastante, además, demasiado, más, menos, algo, nada, etc.



Adverbios de afirmación: ciertamente, verdaderamente, etc.



Adverbios de negación: no, tampoco, nada, jamás, etc.



Adverbios de duda: acaso, tal vez, quizá, quizás, etc.



Frase adverbial o locución adverbial



Algunos autores hacen distinción entre frase y locución adverbial, pero la mayoría utiliza “locución adverbial” para referirse a lo mismo.



Algunos agregan un matiz a las locuciones adverbiales diciendo que son como “aforismos” o “sentencias”.



De todos modos, la locución adverbial o frase adverbial es un conjunto especial de varias palabras a las que les antecede una preposición y, al igual que el adverbio, modifica a un verbo.



Ejemplos:



Repitió la lección al pie de la letra.
Al pie de la letra es una frase adverbial que significa: igual, exactamente.



Todo terminó en un abrir y cerrar de ojos.



En un abrir y cerrar de ojos: frase adverbial que tiene el mismo significado que el adverbio: rápidamente.






...LA PREPOSICION...
La preposición es una palabra que relaciona los elementos de una oración. Las preposiciones pueden indicar origen, procedencia, destino, dirección, lugar, medio, punto de partida, motivo, etc.



Las preposiciones son: a, ante, bajo, con, de, desde, durante, en, entre, excepto, hacia, hasta, mediante, para, por, salvo, según, sin, sobre y tras.



A
dirección: Voy a casa.
tiempo: Llegué a las once de la noche.
precio: Las patatas están a dos pesos el kilo.
día: Estamos a 1 de enero de 1999
dirección: El balcón de mi casa da al sur.
periodicidad: Tómalo dos veces a la semana.
situación: Está a la derecha.
complemento directo: ¿Ves a Roberto?
complemento indirecto: Se lo di a José.
manera: Vamos a pie.
para indicar futuro: ¿Vais a viajar el verano que viene a Barcelona?
imperativo: ¡A callar!



ANTE
situación: Estaba ante mí.
preferencia: Ante nada, María.
respecto: Ante lo que dice José, me callo.



BAJO
lugar: El libro estaba bajo la mesa.
modo: Bajo la dirección de José Heredia.



CON
medio: Escribía con el lápiz.
modo: Hazlo con cuidado.
compañía: Fui con Inés.
motivo: Se enfermó con el frío que hizo anoche.



DE
procedencia: Soy de Cuba.
pertenencia: Esta camisa es de José.
dirección: Salí de la escuela a las 11.
materia: La mesa es de madera.
tema: Hablamos de la economía nicaragüense.
modo: Ernesto está de director.
tiempo: Vamos, ya es de noche.
contenido: ¿Dónde está mi libro de historia?
tiempo: Abierto de 10 a 17.
modo: Estoy cansadísimo, vine de pie (=parado) en el autobús.



DESDE
tiempo: La clase es desde las 5 hasta las 6 y media.
lugar: Desde aquí se ven muy bien los músicos.



DURANTE
tiempo: ¿Qué vas a hacer durante la noche?



EN
lugar: Ella está en su casa.
medio: Vino en barco.
tiempo: En primavera me gusta montar en bicicleta.
precio: Vendió su yate en/por10 mil dólares.
dirección: Entró en su casa.
modo: Me lo dijo en un tono que no me gustó nada.



ENTRE
hora: Entre las dos y las tres.
lugar: Su casa estaba entre un cine y una farmacia.
lugar impreciso: Estaba entre la multitud.



EXCEPTO
excepción: Iremos todos excepto José, él es un mentiroso.



HACIA
dirección: Miré hacia la orilla y ya no había nadie.
hora: Ella llegó hacia las dos de la mañana.



HASTA
límite: Llegó hasta Los Pirineos.
hora límite: Estuve esperándote hasta las diez.



MEDIANTE
medio: Mediante estas reglas, lograremos mejores resultados.



PARA
dirección: Salió para Madrid.
objetivo: Lo hace para salir bien en los exámenes.
tiempo: Para mañana estará hecho.
finalidad: Lo compré para Ernesto.



POR
lugar: Paseamos por el parque.
causa: Brindemos por Vicente, se lo merece.
motivo: Si lo hago, es sólo por ti.
tiempo indeterminado: Por la mañana, siempre tengo prisa.
precio: Se lo vendí por 15 mil escudos.
medio: Enviamos el paquete por avión.
tiempo aproximado: Nos veremos por el invierno.
modo: Por la fuerza no conseguirás nada.
distribución: Sale a dos lápices por persona.
velocidad: Iba conduciendo, por lo menos, a 180 kilómetros por hora.
periodicidad: Vamos al gimnasio dos veces por semana.



SALVO
excepción: Todos irán salvo José.



SEGÚN
modo Lo haremos según lo ha dicho Roberto.



SIN
privación: Estaba sin conocimiento.



SOBRE
lugar: El libro está sobre la mesa.
hora aproximada: Llegaron sobre las dos.
tema: Hablábamos sobre problemas actuales.



TRAS
tiempo: Tras haber dormido toda la mañana, se despertó feliz.






...LA CONJUNCION...



La conjunción es, según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, “palabra invariable que encabeza diversos tipos de oraciones subordinadas o que une vocablos o secuencias sintácticamente equivalentes”.



Tipos de conjunciones



Las conjunciones se utilizan para coordinar elementos de función idéntica en el seno de una oración, coordinar dos proposiciones y subordinar una proposición a otra. Por eso, hay conjunciones coordinantes o subordinantes.



1. Coordinantes.



a) Copulativas (y, e, ni). Su función es sumar elementos.






Yo vengo y tú te vas (Coordinante copulativa).
Ejemplos:



Yo vengo y tú te vas.



Ni bueno ni malo.



Matemáticas e Historia.



La conjunción e es una variante de y, que sólo se usa cuando la palabra siguiente empieza por i- o hi-, para así evitar la cacofonía.



b) Disyuntivas (o, u, o bien). Sirven para excluir una de las dos afirmaciones que se hacen en una oración.



Ejemplos:



Cállate o vete de aquí.



Dices la verdad u ocultas algo.



La conjunción u es una variante de o que sólo se emplea cuando la palabra siguiente empieza por o-, ho-. La conjunción o, cuando une elementos idénticos de una oración o proposición, puede ser adversativa (Ejemplo: el tema o asunto es el amor).



c) Distributivas (ya... ya, bien... bien, ora... ora, tan pronto... como). Presentan acciones alternativas pero que no se excluyen.



Ejemplo:



Ésa tan pronto ríe como se echa a llorar.



d) Adversativas (pero, mas, aunque, sin embargo, no obstante, antes, antes bien, por lo demás, sino, excepto, antes bien). Tienen la función de negar el primer elemento y afirmar el segundo.






Tan pronto ríe como llora (coordinante adversativa).
Ejemplo:



Ya están todos en la fiesta, sin embargo no pienso ir.



2. Subordinantes.



a) Causales (porque, pues, puesto que, ya que, como). Desempeñan la función de indicar la causa expresada en la proposición principal.



Ejemplo:



Estoy muy triste porque han ingresado en el hospital a un amigo.



b) Comparativa (que). Denota idea de comparación.



Ejemplo:



La niña lee peor que su hermano.



c) Concesivas (aunque, bien que, por más que, si bien). Expresan una dificultad para lo que se expresa en la proposición principal.



Ejemplo:



Ha terminado el trabajo aunque no se encontraba muy bien.



d) Condicionales (si, con tal que, siempre que, como). Denotan condición o necesidad de que se verifique alguna circunstancia.



Ejemplo:



Me invitan a ir siempre que lleve algún postre.



e) Consecutivas (pues luego, así que, de modo que, conque). Indican una consecuencia de lo que se expresa en la proposición principal.



Ejemplo:



No voy a llegar a la hora, así que puedes irte ya.



f) Finales (para que, a fin de que). Denota el fin u objetivo de lo manifestado en la oración principal.



Ejemplo:






Me invitan, siempre que lleve algún postre (subordinante condicional).
Te lo di para que lo devolvieras.



g) Temporales (mientras, cuando). Dan idea de tiempo.



Ejemplo:



Mientras hay vida hay esperanza.



Otros casos en los que el uso de la conjunción ofrece alguna dificultad



- Porque, porqué, por qué y por que



1. Porque es una conjunción causal, compuesta por la preposición por y por la conjunción que (equivale a ya que, puesto que, como, como quiera que). Por lo tanto, porque sirve para introducir oraciones en las que se explica la causa de otra principal.



Ejemplos:



He llegado tarde porque me he dormido.



Estoy triste porque se ha ido.



2. Porqué es un sustantivo (que podría sustituirse por motivo o causa). Porqué va siempre precedido de un determinante. Puede también ir en plural.



Ejemplo:



No sé el porqué de mi despido.



3. Por que está compuesto por la preposición por y por el pronombre relativo que, que equivale a el cual, la cual, los cuales, las cuales. Por tanto, que se refiere a un antecedente, al que reproduce. Entre la preposición y el relativo puede intercalarse el artículo. Ej: No conozco las causas por (las) que se ha ido.



Por que también puede expresar finalidad.



Ejemplo:



Se preocupó por que todo saliera bien.



4. Por qué es una combinación que está formada por la preposición por y el interrogativo qué, y sirve para preguntar. Equivale a por qué razón. También aparece en las proposiciones interrogativas indirectas.



Ejemplo:



¿Por qué eres tan malo?



No sé por qué no has venido antes.



- Sino



1. Sino es una conjunción adversativa con la que se contrapone a un concepto negativo otro positivo.



Ejemplos:



No fui yo sino él.



No es así, sino de la otra forma.



2. Cuando introduce una oración con verbo en forma personal, va seguida de que.



Ejemplo:



No lo despidió, sino que lo mandó a casa un par de días.



3. Sino, como sustantivo, significa destino.



4. No debe confundirse sino con la conjunción condicional si seguida de no, con la que se indica que un concepto depende de otro.



Ejemplo:



Si no corres, no vas a llegar.



- Y, e, o



1. La conjunción y se cambia por e cuando va delante de una palabra que empieza por i.



Ejemplos:



Estados Unidos e Inglaterra.



Alevosa e impunemente.



Madre e hija.



No se produce ese cambio cuando la i forma parte de un diptongo.



Ejemplo:



Pela y hierve las papas.



Tampoco cuando y tiene valor adverbial interrogativo.



Ejemplo:



¿Y Irene? (¿dónde está Irene?)



2. La conjunción y, colocada al principio de una oración o después de una pausa, puede tener valor enfático. Su supresión no cambiaría el sentido de la frase.



Ejemplo:



¿Y por qué no vienes?



3. La conjunción disyuntiva o toma la forma de u cuando precede a una palabra que empieza por o.



Ejemplos:



Villa u Obregón



Eso u otra cosa.



4. La combinación y/o, que cada vez se usa menos, es innecesaria, por redundante.



5. La conjunción o, seguida de sea (o sea), tiene valor explicativo.



Ejemplo:



La Plaza Mayor, o sea, la más importante.









El sustantivo común nombra a personas, animales, cosas o ideas en forma general. Se escribe con minúscula.



Ejemplos:



muñeca, calle, mesa, gato, vaso, amor, termómetro, comedor, tigre, etc.



A su vez el sustantivo común puede ser:



simple o compuesto
primitivo o derivado
concreto o abstracto individual o colectivo









Sustantivo simple: es el que está formado por una sola palabra.



Ejemplos:



casa, almendra, sol, nube, lápiz, computador, casa, alfombra, etc.



Sustantivo compuesto: es el que está formado por más de una palabra.



Ejemplos:



sacapunta, casaquinta, radiotelégrafo, televisión, limpiavidrios, plumafuente, telégrafo, parabrisas, radioaficionado, etc.



Sustantivo primitivo: es el que no deriva de ninguna palabra.



Ejemplos:



flor, zapato, pan, ojo, queso, peso, pasa, hoja, lápiz, etc.



Sustantivo derivado: es el que proviene de otra palabra.



Ejemplos:



floresta, zapatería, panadero, ojera, quesillo, panadería, florería, etc.



Sustantivo concreto: es el que se puede percibir por medio de los sentidos; es decir, se puede ver, tocar, oler, escuchar, etc.



Ejemplos:



botella, muralla, tierra, espina, silla, parlante, auto, persona, etc.



Sustantivo abstracto: no puede percibirse por medio de los sentidos; es decir, no se puede escuchar, ni oler, ni tocar, etc.



Ejemplos:



guerra, amor, belleza, odio, compañerismo, lealtad, etc.



Sustantivo individual: es el que nombra a las personas, animales o cosas individualmente.



Ejemplos:



pez, chancho, pájaro, soldado, libro, perro, gato, silla, plaza, etc.



Sustantivo colectivo: es el que nombra en singular un conjunto de elementos iguales.



Ejemplos:



cardumen (conjunto de peces), piara (conjunto de chanchos), bandada (conjunto de pájaros), ejército (conjunto de soldados), biblioteca (conjunto de libros), jauría (conjunto de perros), etc.



Atendiendo al género del sustantivo, éste puede ser masculino o femenino. Sin olvidar que también están aquellos que se consideran ambiguos.






...LA INTERJECCION...



La interjección, que coincide con los adverbios y con las palabras de enlace en no estar sometida a ninguna concordancia, se distingue de ellos en no pertenecer al entramado de la oración: es un enunciado de término único, que destaca por su relevancia expresiva; tiene entonación independiente de la de esta y se separa con comas del resto de la frase: No esperaba esto, CARAMBA, pero puede establecer relaciones con otras unidades y formar con ellas enunciados más complejos. Además, es una palabra invariable, ya que no presenta flexión.



Hay interjecciones que -como la del ejemplo anterior- expresan sensaciones o emociones de la persona que habla; otras que actúan como llamada a la persona a quien se habla: ¡Eh!, venga usted para acá; y otras que tratan de dar una imagen viva de una acción: ¡Zas!,se cortó la luz.



Papel de la interjección
En todos los ejemplos anteriores vemos que la interjección, aunque no desempeña ningún papel en la oración, está agregada a ella y le añade sus contenidos expresivos. Pero en otros casos la interjección se presenta desempeñando ella misma, por sí sola, el papel de una oración que, por ser imposible diferenciar en ella un sujeto y un predicado, será una oración unimembre-: ¡ay!, ¡oh!. En otros casos, por último, es simple transcripción de un ruido cualquiera por medio de fonemas (tal como se ve, por ejemplo, en las historietas de los tebeos): ¡guau!, ¡crac!, ¡glub!



Algunas interjecciones, en casos muy poco frecuentes, pueden llevar un complemento, sin que por ello se integren en la oración: ¡Ah de la casa!. Pero cuando constituyen oración unimembre pueden contener igual que una oración normal- una proposición, como ocurre en ¡Ay de vosotros, como no cumpláis!



Clasificaciones
A continuación, reproducimos la clasificación que Manuel Seco hace de las interjecciones :






Interjección imitativa. Al margen de las oraciones, enquistadas en ellas con entonación independiente y sin formar parte de su engranaje de tal manera que podrían borrarse sin que por ello se alterase en nada la estructura de aquellas-, aparecen a veces palabras o grupos de palabras que establecen un segundo hilo de comunicación, paralelo al de la oración, más directo que esta y reforzador de la misma. Representan con respecto a la oración un papel parecido al de las ilustraciones que acompañan a un texto escrito (sin olvidar que a veces el texto escrito es precisamente la explicación o aclaración del grabado). Cuando decimos: De pronto, ZAS, se me cayó todo encima, la palabra zas, que no pertenece al sujeto (todo) ni al predicado ( de pronto se me cayó encima), es una representación gráfica- a través de una imitación del ruido- del mismo hecho que se está relatando en la oración. Esa palabra es una interjección [imitativa].
Interjección expresiva. En otros casos, las interjecciones no tratan de dar una imagen de un hecho, sino de expresar una sensación o una emoción del que las pronuncia: ¡AH, qué gusto!; ¡AY, no sabes cuánto lo siento!; No lo tomes tan a pecho, POR DIOS; VAYA, esto sí que no me lo esperaba.
Interjección apelativa. Hay otro grupo de interjecciones que sirven, no para comunicar o expresar algo, como las anteriores, sino sólo para iniciar la comunicación, para establecer el contacto con el oyente antes de emitir el mensaje: ¡CHIST!, vengan ustedes por este lado; ¡EH!, acércate más. Se trata, como vemos, de la pura conexión con el prójimo. Es normal que por medio de interjecciones se practique el mero acto social sin otra comunicación- del saludo o la despedida: HOLA, ADIOS, BUENOS DIAS, HASTA LUEGO.
El vocativo. La función de abrir o mantener el contacto no solo puede estar desempeñada por una interjección; es más frecuente que se realice por medio de una palabra que designe a la persona con quien queremos comunicar: VOSOTROS, cuidado con abrir la boca; No insistas, FELIPE; MI QUERIDO AMIGO: Contesto a su carta del 25; VALENCIANOS: una vez más me dirijo a ustedes. Esta palabra (o conjunto de palabras) con que nombramos a la persona a quien queremos dirigirnos y que, como las interjecciones, queda al margen de la oración y con entonación independiente de la de esta, se llama vocativo.
Interjección y vocativo aislados. Las interjecciones y más raramente- los vocativos pueden presentarse solos , sin adherirse a ninguna oración: ¡Ay!, ¡Ah!, ¡Dios mío!. En este caso son oraciones unimembres.
Interjecciones por traslación. Por traslación, pueden convertirse en interjecciones palabras o grupos de palabras de otras clases: ¡vaya!, ¡hombre!, ¡demonio!, ¡bueno!, ¡Dios mío!, ¡maldita sea!, ¡pues sí!, ¡buenos días!



También podemos clasificar la interjección en dos tipos:






Propia: aquella que se usa exclusivamente como conjunción , como ¡ah!, ¡eh!, ¡oh!, ¡adiós!, ¡es!, ¡uf!, ¡bah!, ¡hala!, ¡ay!, ¡quia!, ¡huy!, ¡ojalá!, ¡olé!, ¡zas!, ¡puf!, ¡ca!, ¡cáspita!, ¡hurra!, ¡tate!, ¡zape!, ¡pchs!, ¡guay!...
Impropia: aquella que utilizada como interjección, en su origen era un sustantivo: cáscaras, hombre, demonios, silencio, ánimo, caracoles; un adjetivo: bravo, otra, qué; un verbo : vaya, anda, calla, dale; un adverbio: fuera, despacio, atrás; un grupo nominal: mi madre, su tía.



Algunas consideraciones morfosintácticas. La interjección: término único de relevancia expresiva y emocional.
Ana María Vigara Tauste considera que las interjecciones son el producto de una cierta tendencia espontánea (también insiste en este aspecto) a reducir la expresión a lo afectivamente imprescindible. En sentido estricto, lo afectivamente imprescindible en la expresión del dolor puede ser ¡ay!, o ¡Dios!, o ¡mierda!; todo lo demás es gesto, mímica, sentimiento personal. La sola entonación exclamativa hace innecesarias más palabras en casos así: basta con una, y casi podría servir una cualquiera de entre las que tienen connotaciones negativas. Sin embargo, en honor a la verdad, las interjecciones, que suelen aparecer exclusivamente en el plano de la interacción (prestando o señalando) , sintácticamente aisladas y con entonación exclamativa, raramente aparecen solas: constituyen casi siempre el umbral que da paso a la información explícita de la causa que ha provocado en el hablante su preferencia de tal interjección: ¡Mierda!... qué daño, qué daño me he hecho en este pie



Bien es verdad que basta la interjección para que podamos conocer con bastante precisión el estado anímico del hablante. Y aún más: a solas, sin interlocutor que le prestara atención, la misma persona se habría conformado con su ¡Mierda! incontenida y, a lo sumo, habría pensado sin voz todo lo demás. La relevancia expresiva de la interjección no radica tanto en que se trate de un enunciado de término único cuanto en su espontaneidad (incontenible), en su aislamiento sintáctico y, sobre todo, en la entonación que le caracteriza.



L. J. Cisneros cree que las formas exclamativas son las que, de preferencia, recogen con eficacia el rasgo sentimental; y es natural que cuando éste es el que buscamos poner de relieve se ocurra a la expresión exclamativa donde al propio tiempo que se respeta el aspecto de la comunicación de las ideas, se consolida y afianza el matiz emocional. En la lengua oral se aprecian estos matices mejor que en la lengua escrita, porque la entonación es elemento definitivo por el que encauza la expresión sentimental.



Las interjecciones propias (ah, ay, bah, caray, oh, huy) son, como es sabido, términos carentes de significado intelectual, sancionados por el uso, que se fijan, estereotipados, en la lengua. Almela argumenta que, las interjecciones, cumplen a su modo con todas las peculiaridades que se atribuyen al llamado discurso repetido o reproducido.



Constituyen, por ello, auténticos índices de la subjetividad del hablante. Se ha considerado, en general, que equivalen a oraciones (sentido completo, entonación independiente) y no a “partes de la oración, pues no cumplen en ella ninguna de las funciones descritas por las gramáticas. Como no tienen significado intelectual, especifican circunstancialmente su sentido por medio de la entonación (independiente, como de elemento aislado) y el contexto en el momento de la actualización comunicativa (sorpresa, ira, desencanto, pudor, alegría, tristeza, dolor, bienestar, enfado, disgusto, contrariedad): de ahí su frecuencia y su alta rentabilidad en la lengua espontánea.



La interjección como proceso de desemantización.
Las llamadas interjecciones impropias o secundarias son términos desemantizados (sustantivos, verbos, frases), que pueden proceder de cualquier esfera vital (preferentemente, de la sexual y la religiosa) . Aisladas también entonacionalmente, sirven como las anteriores para el momentáneo desahogo emocional (del más diverso signo) del hablante y especifican también circunstancialmente su sentido en el momento de la actualización. Aunque, quizá porque pueden identificarse inequívocamente como palabras con significado, parecen tener más especializadas sus limitaciones emotivo-semánticas: hostias, la hostia, Dios, rediós, Señor, la Virgen, demonios, coño, cojones, leche, y una leche, la leche, porras, mierda, madre mía, vaya, venga, ya, anda ya, joder, ahí va [pronunciado ahivá], y dale, no te fastidia, no te jode, será posible, encima Algunas como ¡hombre! y ¡mujer! conservan en el uso algo de su sentido original: el término femenino raramente aparece aplicado cuando el interlocutor es masculino (al contrario sí puede ocurrir con cierta frecuencia).



Interjecciones expandidas: enunciados independientes
Más allá del empleo aislado de las formas tradicionalmente consideradas interjecciones propias e impropias o de su empleo como refuerzo funcional o semántico (¡ah, pillo!), se pueden encontrar las que se llaman interjecciones expandidas: aquellas que constituyen oraciones interjectivas y originan, como término regente, dependencia en la cadena sintagmática en que aparecen (y que conforman):



¡Vamos con el niño!



¡Caray con tu amigo!



Más allá de la mera interjección (desemantización), cualquier término, independientemente de su función y en conexión con el contexto interlocutivo, se puede convertir en índice emotivo del hablante, aislado sintáctica y entonacionalmente (esta entonación emocional suele reproducirse en la lengua escrita con signos de exclamación, que sirven para señalarla, a pesar de que en la realidad sólo excepcionalmente coincide con la entonación propiamente exclamativa):



¡El arroz!



¡En casa! Pues vaya invento



¡A mi marido! En eso estoy yo pensando



¡Del instituto! ¡Encima! Por si faltaba algo



¡Hasta Santiago [andando]! Imagínate



¡Por fín!